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Criterios de selección
Se deberán elegir las luminarias que mejor se adapten al espacio estético y arquitectónico, al tiempo que provean una correcta distribución y calidad de la luz.
1. Calidad de la luz
La luz puede ser suave, blanda (difusa) o dura. La luz blanda atenúa las sombras pero cuando se usa sola, puede llegar a crear una atmósfera casi sin sombras carente de interés visual. La luz dura es adecuada para iluminación de acento, pero cuando se usa sola, puede crear un entorno donde los índices de contraste serán demasiado elevados para el confort visual.
2. Distribución de la luz
Además de la calidad y la cantidad de luz se deberá tener en cuenta la forma y distribución de la luz. Por ejemplo, una luminaria con una distribución luminosa concentrada es útil para la iluminación controlada de un cuadro aislado, o cuando se desee distinguir el límite de un área iluminada contra un fondo oscuro en un restaurante íntimo. Para un bañado de pared (wall washing), serán más apropiadas luminarias con una distribución luminosa más ancha que provean una iluminación uniforme sobre el plano vertical.
3. Deslumbramiento de la luminaria y confort visual
Al efectuar la elección de la luminaria, se deberá tener en cuenta un factor más: el deslumbramiento de la luminaria en sí misma. Cuando el deslumbramiento directo de una fuente se encuentre dentro del campo visual, la visión global, y por consiguiente la apreciación estética de la escena, pueden verse afectadas.
