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5 Consejos para la Iluminación de un Hotel
PRIMER CONSEJO
El sistema de iluminación de control debería ser abierto y con compatibilidad universal. De acuerdo con la envergadura del proyecto, interactuarán muchos espacios y por tanto muchas tipologías de sistemas lumínicos, que deberán vincularse correctamente entre ellos. Dichos sistemas, en su conjunto, deberán ser capaces de conseguir los ambientes lumínicos deseados para cada espacio.
Para poder ofrecer este entorno de atmósferas lumínicas flexibles, antes que nada se debería analizar y estudiar al usuario y, sobre todo, ponernos en su lugar, partiendo por sus requerimientos estándares e incluso llegando a imaginar situaciones que podríamos llamar “especiales”, que permitirán poder preverlas con dos objetivos principales: dar servicio a ellas o poder evitarlas, dado que en ocasiones podrían ser un problema para el hotel u otros usuarios en general.
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SEGUNDO CONSEJO
La gestión de la iluminación en una habitación de hotel debe ser adaptable a los usuarios de manera sencilla, para que sea un disfrute y no se transforme en una complicación que acabe en el agobio del cliente. Es básico que la interfaz sea simple de utilizar para que el usuario se sienta aún más cómodo que en su casa.
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TERCER CONSEJO
En la habitación convive la luz integrada en la arquitectura (destinada a la percepción del espacio a través de la luz) con la luz decorativa. El proyecto debería proponer efectos lumínicos, no productos, que cumplen con premisas estéticas y técnicas que permiten generar efectos o sensaciones de luz. Desde esta perspectiva favorecemos el diseño y sus fortalezas.
Estos dos layers de iluminación (arquitectural y ambiental/decorativo) deben convivir en armonía y tecnología. Para ello es vital el sistema de control de iluminación.
CUARTO CONSEJO
Es de suma importancia revisar la compatibilidad entre componentes de material de iluminación. No sólo se debería decidir qué luminarias pueden realizar adecuadamente determinado efecto lumínico, sino que además, hay que verificar su compatibilidad con el driver (mediante qué protocolo trabaja, voltios máximos, límite de potencia, etc.). Finalmente, en tercer lugar y no menos importante, se debería verificar la compatibilidad, adaptabilidad y flexibilidad con el sistema de control.